miércoles, 31 de marzo de 2010

Este video, confirma lo que significa para mi, la posibilidad de gobierno de Antanas Mockus

Hola, invito a que vean este video y a quienes a conciencia les deje pensando, en algún aspecto, lo publique en sus propios medios de difusión y contacto. Me gusta la idea de sentir que tengo el poder para participar, influir, generar creatividad y cambio, y no de simplemente ser participado y etiquetado. El video muestra retrospectivamente la gestión demostrada, y la filosofía de pensamiento que la precede, de Antanas Mockus y Enrique Peñaloza. Lástima que esté en inglés, pero no se preocupen que mucho se entiende fácil, además porque gran parte del video, lo conforman, testimonios en español de los protagonistas y quienes participaron en dichas gestiones.

http://www.megavideo.com/?v=3OM3GRIV


Después de ver el video, me queda claro lo siguiente:

Definitivamente Antanas Mockus representa el pensamiento políticamente incorrecto, aquel que solicita cambios en los hábitos para lograr beneficios colectivos, de largo plazo, consistentes, que cambien viejas maneras de comportarse, que requieren desmontar viejos paradigmas de favores, clientelismo, deshonestidad, facilismo e individualismo. Aquellos cambios que requieren menos despliegues mediáticos y discursos políticos, y más acción y actitud de cambio. La pregunta de fondo es, ¿este país realmente está preparado para asumir este cambio?; ¿aceptaríamos la responsabilidad de ser políticamente incorrectos para afianzar lo positivo y cambiar lo negativo que ya es como un sedimento que aceptamos por costumbre y hábitos aprendidos?.

No es fácil esta tarea cuando la realidad actual del país es que, existen partidos políticos tradicionales con demostrados hechos de corrupción y clientelismo, que buscan defender intereses creados por más de décadas en nuestro país, pero que cuentan con tres mecanismos muy eficientes:

Por un lado unos brazos económicos y mediáticos que logran inevitablemente influir en la opinión. El problema no es ese, de hecho, mi objetivo con este texto, es el mismo. El problema es cuando tal influencia NO se hace con argumentos sino con imaginarios, cuando NO se hace con hechos y propuestas sostenibles y articuladas con TODAS las realidades del país y con los temas de fondo que permitirían sociedades realmente justas y en paz, sino con clichés y apasionamientos superficiales, aduciendo nacionalismos de papel, carentes de conciencia y de compromiso individual y colectivo.

Por otro lado, y en funcional conveniencia del anterior, está, la pasiva y complaciente actitud de las masas que no se preguntan nada sobre esos argumentos superficiales, dado que no desean buscar nada mas allá de lo que conforma sus intereses y su comodidad actual. Por eso es que decimos que el actual gobierno fue “increíble”, porque nos permitió volver a pasear por tierra nuestro país y volver a nuestras fincas, o porque nos dio la satisfacción de una operación jaque. Si bien esto no se puede negar, y fueron pasos y logros, sumamente importantes, la realidad del país no puede reducirse a eso. Alrededor, o mejor en la base, hay problemas y aspectos por cambiar, como las brechas en aumento de diferencia social y económica, (actualmente la mayor en mucho tiempo en nuestro país), o la corrupción (la cual llegó a altos niveles en el segundo gobierno de Uribe), entre otras, que son precisamente “el alimento” de esos monstruos que tanto nos atormentan. Las masas, no entienden que todo está articulado, que todo se conecta, que todo efecto tiene una causa, y que su papel como ciudadano con sus actos en su cotidianidad y con sus juicios a conciencia o inconsciencia, influyen positiva o negativamente en la realidad del país. Hasta que los individuos que componen las masas, no entiendan su potencial de cambio y de creatividad, esas posiciones políticas corruptas y paquidérmicas, seguirán teniendo frutos en las encuestas, pero pocos frutos en los cambios positivos del país. No en vano, esta conciencia del poder de “uno”, es el que temen profundamente los gobiernos populistas, porque es más fácil mantener el control sobre una sola conciencia con convicciones construidas, que sobre muchas conciencias con convicciones propias. Lo que los gobiernos populistas no entienden, es que sería mucho mas fructífero si en vez de intentar amalgamar en una sola, las diferentes conciencias, se alinearan, respetando su individualidad, para lograr consensos que generen beneficios colectivos y que por sobre todo, respeten y usen los derechos fundamentales del ser humano, como la vida, y sus deberes fundamentales, como la honestidad.

El tercer mecanismo, muy eficiente, es el de la polarización, en el que las masas están obligadas a tomar un partido, y en cuya práctica, las peleas, distraen la atención de lo verdaderamente importante, porque olvidamos que todas las partes deben tener un objetivo común. Es gracioso que las masas teman a los cambios, porque lo piensan desde la misma dinámica de la polarización en la cual fueron incrustadas sin darse cuenta, y por tanto aducen, que cualquier posibilidad de que el “enemigo” llegue al poder, es sumamente riesgosa como para ser asumida; por lo tanto desde esta lógica, se justifica un voto, no por quien yo crea que es bueno, sino por quien yo crea que me garantiza que el “enemigo” no llegue. Entiéndase por enemigo, el candidato de izquierda si la masa es furibista, o entiéndase de derecha si la masa es anacrónicamente de izquierda. Y a esto, deseo referirme con un ejemplo. Cuando uno habla, con gente en Colombia, y nombra gobiernos de izquierda, siempre empalidecen, nombrando gobiernos como el de Chavez. Pero el punto es que, todo aquello que no sea de ultraderecha, no quiere decir que sea izquierda absurda y recalcitrante como la de Chavez; es mas, y ese es el punto, ni siquiera quiere decir, que tenga que ser izquierda. Por otro lado, no todo lo que no sea ultraizquierda, tenga que ser ultraderecha sicópata como la de Hittler con quien han comparado a Uribe, desde posiciones radicales e intelectualmente muy pobres. ¿Por qué tenemos que pensar las posibilidades de cambios solo desde las posiciones polares radicales, que de hecho han demostrado no ser efectivas en los procesos de cambio y evolución con componentes de progreso y justicia social a la vez?. El fin de semana pasado, tuve la oportunidad de hablar por ejemplo, con un chileno, con lo cual pude entender el fenómeno de Chile, con un gobierno como el de Michelle Bachelete, que siendo este catalogado como un gobierno de izquierda, logró un alto estándar no solo de popularidad sino de progreso y desarrollo para su país. Pero atención, hay que entender que la izquierda chilena, dado que parte de una historia de dictadura de derecha, es muy distinta a la concepción que tenemos nosotros de izquierda, siendo la chilena, una posición más de centro, que de absurdas radicalizaciones de posición, en uno u otro lado.

Yo no quiero caer en el argumento pobre de que el principal problema del país es la guerrilla y los paramilitares y que por tanto la principal prioridad es la guerra. Si bien, es cierto que esta es necesaria para mantener el orden y la soberanía, este no puede ser el único frente de acción. Nadie ha dicho, y creo que Antanas es lo suficiente inteligente para saberlo, que llegando a ser presidente, echara para atrás la presión sobre los grupos armados. De hecho si revisan bien, en sus gestiones se ha enfrentado con éxito, firmeza e inteligencia, a grupos y conflictos violentos que reflejan problemas profundamente sociales. Me parece que Antanas es todo menos un tipo blando, de hecho ha respondido con dureza y firmeza a actos de violencia y desacato. La diferencia radica en que claramente su propuesta no se queda ahí. Una propuesta como la de Antanas no olvida los fundamentos esenciales del ser humano que están en el fondo de los conflictos sociales. Una propuesta como este lleva de la mano la firmeza con la pedagogía y el impacto en el comportamiento. No se queda en lo bélico como única alternativa. No nos dejemos engañar con el argumento superficial de que la sombra de Uribe es el único con una actitud firme hacia los violentos.

Me niego a dejarme convencer por candidatos cuya principal demostración de eficiencia, son el éxito en una táctica militar (sin desmeritarla), o haber ocupado en el pasado cargos públicos a dedo, con resultados que realmente han tenido poco impacto en la evolución y cambio del país, o ser la sombra de un gobierno con altos grados de popularidad. Yo personalmente no quiero elegir un presidente que sea sombra de alguien, quiero elegir un presidente que me haya demostrado en el pasado, capacidades para el cambio positivo, para el progreso y para el logro de la convivencia desde la participación activa de toda una sociedad. Lastimosamente las personas que no viven en Bogotá actualmente, o que no conocieron el Bogotá de 15 años atrás, no entienden el calibre de la transformación lograda en esta ciudad por los gobiernos de Mockus y de Peñalosa, tanto en infraestructura más incluyente, como en comportamiento de la sociedad, basado en la pertenencia, el respeto por el otro, la no negociabilidad de la preponderancia de la vida, y el entendimiento de que el fin no justifica los medios, porque siempre hay valores, derechos y deberes que deben estar por encima del fin.

No acepto que el discurso de la guerra sea el único motivo aglutinante de nuestra sociedad. No caigamos en falsos nacionalismos basados en la destrucción de un único enemigo externo, cuando el enemigo puede estar precisamente en nuestra mente y en nuestro actuar que ya se ha vuelo tan cotidiano, que se nutre de la costumbre, y del “siempre hacerlo así”.

No me dejo seducir por argumentos populistas y reduccionistas, con propuestas amañadas a aspectos específicos que son “los que venden”, desconociendo que esos aspectos están articulados con otros aspectos estructurales del país, que de hecho, son el origen de aquellos que tanto visibilizamos y tanto nos atormentan. Personalmente creo, que seguir pensando que el problema de este país, son los actuales actores armados, es un error, porque como lo dije anteriormente esto es pensar que el país tiene cáncer localizado, sin darse cuenta que ya tiene metástasis regado por todo el cuerpo. Si solo se ataca ese foco, podremos haberlo acabo, y todos esperamos que así sea, pero al día siguiente, los actores serán otros, porque la desigualdad, la injusticia, la impunidad, la corrupción, la falta de legitimidad en las instituciones, la ausencia de respeto por la vida y por el otro, siguieron vigentes.

Yo quiero darle la oportunidad al país de ser gobernado por una clase media, con una mirada distinta sobre las prioridades de un país y su sociedad. Quiero permitirle que sea gobernado por posiciones pensadas desde la intelectualidad y no solo desde los sectarismos políticos de vieja guardia que ya tuvieron muchas oportunidades desaprovechadas o desde los intereses políticos y económicos de élites reducidas. Este país siempre ha sido gobernado por élites políticas, económicas y familiares que no han demostrado grandes avances INTEGRALES, en el desarrollo de nuestra sociedad y nuestra economía, en contraste con otros países latinoamericanos, que se han permitido otra clase de dirigentes, con posiciones de centro y más conectadas con las realidades cotidianas de sus ciudadanos. De esta forma, estas sociedades han logrado avances en el bienestar de sus ciudadanos, avances en sus sectores económicos, y avances en la inclusión social y productiva. Nuestro país no va a ser más competitivo, por el solo hecho de no tener conflictos armados. Les recuerdo que, si bien, las acciones militares contra la guerrilla, han aumentado la inversión extranjera, esta inversión se traduce sobretodo en compra de activos y capital golondrina (cuya esencia es la inestabilidad), que difícilmente se ve traducida en un aumento de ingreso en los bolsillos de los colombianos. El efecto en el empleo de estas acciones no es su mayor logro. Nuestro país, no va a ser más competitivo, con un campo desprotegido al cual además, se les roba sus posibilidades de apoyo, gracias a manejos clientelistas de los fondos destinados para ello. Nuestro país, no va a progresar más si seguimos basando nuestras actividades de exportaciones en productos de bajo valor y componente intelectual agregado.

Claramente, desde mi limitada subjetividad, estoy convencido de que la experiencia y la propuesta de Antanas Mockus, y su cercanía, a la experiencia y propuesta de Enrique Peñalosa, es actualmente, el único y mejor acercamiento a un “hacer” y un “gobernar” diferente en nuestro país. Sin embargo, mi intención, más allá de convencerlos de un voto, es presentar una forma de pensar diferente, o al menos sembrar ciertas dudas sobre los convencimientos actuales de que vamos por un buen camino, con un gobierno como el actual. De hecho, para gracia de muchos de los que me conocen, yo era uno de los más radicales defensores del gobierno Uribe, sobretodo en su primer gobierno, pero mi posición empezó a cambiar cuando empecé a entender los efectos y consecuencias colaterales, profundamente peligrosas y delicadas, de un pensar y un actuar como el de este gobierno, cuya sombra será el de Santos.

Estoy convencido, por que lo he visto en diferentes personas con las que se intercambian opiniones y en las expresiones de participantes en grupos de facebook como el del partido verde (el cual crece vertiginosamente su número de participantes), que un “pensar diferente” es posible y está creciendo. Las generaciones jóvenes se están cansando de las formas viejas de hacer política y aquellas que eran apolíticas, han comenzado a sentir la necesidad de acercarse a ella pero de una forma distinta y más responsable. En las generaciones no tan jóvenes, también crecen las personas que no se comen el cuento de que este sea el país más feliz del mundo. En común, estas nuevas manifestaciones, quieren apostar por un cambio en la forma de actuar y vivir mas justa y más consciente. Estas personas ya no creen en las instituciones actuales, porque, para ellos carecen de credibilidad, porque sienten que no merecen su respeto. Por lo tanto, esperan que desde su posición crítica y responsable se obligue su renovar y de nuevo su credibilidad para lograr hacer un país mejor.

Yo personalmente estoy consiente que a las actitudes de cambio y de responsabilidad crítica y ciudadana, les queda un camino muy largo por recorrer, de hecho, es claro que aun falta mucho para que podamos tener un presidente que las refleje, sin embargo me parece que hay dos buenas noticias, una que ya empezamos, claramente se despierta una nueva conciencia, que esperamos se difunda cada vez mas, y por otro lado, la otra buena noticia es el potencial siempre presente que tiene el individuo cuando decida tomar conciencia que vaya más allá de solamente mantener su comodidad individual.

Con este video, me queda claro que si de verdad, de corazón, queremos un país y una sociedad distinta y mejor, debemos pensar distinto y elegir gobernantes que piensen distinto.

lunes, 29 de marzo de 2010

Los planteamientos de Antanas Mockus

Hola a continuación unos planteamientos básicos de la candidatura de Antanas Mockus, que me llegaron a mi correo, los cuales confirman mi covencimiento de ser una alternativa seria, proporcionada, innovadora y necesaria si queremos hacer de este país, un lugar que mantenga todo lo bueno que lo caracteriza, pero que también mejore todo lo malo que tiene, desde el convencimiento de que no es el Estado el que tiene que hacer todo por nosotros, sino que nosotros desde la forma en que nos asumimos como ciudadanos, también tenemos responsabilidad. Por lo tanto este mensaje, es para los NO perezosos, ni de responsabilidad ciudadana, ni de conciencia colectiva.

Pero antes, unas frases del mismo Antanas que resume mucho de su posición política, por si no alcanzas a llegar hasta el final.


Algunas frases de Antanas Mockus:


-Me encantaría que cada mañana, cuando un estudiante se levanta para ir a clase, comprendiera que allí, en su colegio o universidad, que cada maestro al dar la clase, o un papá al revisar la tarea por las noches, son los escenarios donde se juega la soberanía del país, la diferencia de poder futuro, no en la mesa de las negociaciones.

- No soy blando, soy un duro limpio.

- No me gusta que todo es negociable, comprable, como si el país se manejara a través de una lógica comercial.

- Es inaceptable históricamente la 'locha' tributaria de los hacendados colombianos.

- Un país más zanahorio, un país donde no todo vale, un país donde la productividad se eleva mucho y permite realizar los ideales a la Constitución porque la gente no se mata y porque la gente no toma ciertos atajos. Un país donde ley y cultura están más cerca, donde las obligaciones legales son culturalmente respaldadas: pagar impuestos, respetar el ordenamiento territorial, respetar, obviamente, los derechos fundamentales de los demás.

- El 'todo vale' es la peste de cualquier sociedad.

- A mí me parece grave que la sociedad colombiana no tiene la suficiente indignación frente a crímenes de lesa humanidad.

- El acto de votar es un acto delicado, y yo veo que la campaña electoral es como un acercamiento mutuo donde la gente se escucha y se olfatea; es una cosa en las dos direcciones. Lo más importante es que la gente debe gozarse su posibilidad de escoger.

- No ofrezco un camino de rosas, sino uno de consolidación. Es como si pusieran unos cimientos en piedra y concreto, y ahora tocara construir más o menos en las mismas proporciones con ladrillo y arena. Fortalecer la seguridad con los componentes de justicia y control social, y fortalecer además la educación, por razones de productividad y de competitividad, amerita un esfuerzo económico grande.

- En Colombia lo que tenemos que ser es corresponsables. Tenemos que cuidarnos entre todos, regularnos entre todos, para no hacer las cosas chambonamente. Es cultura ciudadana.

- Los recursos públicos son recursos sagrados.

- A mí no me gusta mucho que la democracia dependa mucho de la plata, y yo creo que la gente lo entiende y todos los candidatos deberían hacer esfuerzos no por gastar al máximo sino por gastar mucho menos. Eso haría la democracia más creíble. La democracia es debate y votar después de haber escuchado.

- Creo en la democracia deliberativa: argumento va, argumento viene. Los intereses, al volverse públicos, se moderan o se pulen.

- A mí no me da miedo aplicar la autoridad para hacer cumplir la ley. Pero la autoridad hay que aplicarla basada en la pedagogía, más que en la fuerza, porque eso es lo que la hace legítima.


Quien es Antanas Mockus

Antanas Mockus nació en Bogotá el 25 de marzo de 1952, hijo de inmigrantes lituanos. Aprendió a leer a los dos años de edad, estudió en el Liceo Francés, en la Universidad de Dijón y en la Universidad Nacional de Colombia. Tiene cuatro hijos y se ha convertido en el rostro del contra-político latinoamericano: efectivo, creativo, independiente y poco politiquero.

A mediados de la década de los noventa Antanas Mockus abrió un camino en política y en la administración pública muy diferente al que los colombianos estábamos acostumbrados.

Con el respaldo del voto de opinión llegó a la Alcaldía de Bogotá en dos ocasiones (1995-1997 y 2001-2003),. Logró la reducción de 70% en la tasa de homicidios, la disminución de 50% de muertes por accidentes de tránsito, el ahorro del agua (el consumo bajó en un 40%) además de subir el número de hogares con agua potable y drenaje (al 100 y 95%), y se mantuvo fiel a sus principios. El poder no lo distorsionó.

Con un carisma especial y una abrumadora inteligencia nos ha planteado elementales principios visionarios, como: la cultura ciudadana, la rumba zanahoria, el rechazo al atajo, el respeto a la vida, el cuidadoso manejo de los dineros públicos, la corresponsabilidad, la coherencia entre fines y medios, la educación como mecanismo para dinamizar la productividad y mejorar la equidad social, entre otros.

Su forma de hacer campaña política ha sido atípica. No se apoya en genios de marketing electoral, ni en empresas especializadas de estrategia de comunicación -tan común hoy en cualquier campaña política-. Apela a su intuición y a las ideas de personas de su equipo; combina arte y publicidad, y acude a símbolos, llegando a rayar con lo rocambolesco. Carece de maquinaria, aquella que aceitan la mayor parte de los políticos colombianos, y lleva cinco años construyendo el movimiento Visionarios por Colombia con la confianza de que son las ideas las que conquistan electores. Y en lugar de plata, lo que le sobra precisamente son ideas. Se toma el tiempo para comunicarlas y no teme a decir frases que quizás no sean las más vendedoras. Pedagogo por excelencia, olvida la milimetría política y los cálculos.
Sus consignas apelan a la honestidad y a la transparencia. No ofrece mercados, puestos, dinero, tampoco se explaya en promesas. Su discurso llama a los colombianos a la confianza. A una nueva forma de hacer política. Rechaza acuerdos diferentes a los programáticos, contradice la corrupción y promueve la cultura donde los dineros públicos sean dineros sagrados; o aquella de “no me pidas en privado, lo que no puedes sostener en público”.

La gente lo admira, lo reconoce y lo respeta. Como lo expresó la columnista Salud Hernández, en un editorial publicado en el periódico El Universal el domingo 23 de abril de 2006, “El ex alcalde de Bogotá se ha consolidado como paradigma. Es demasiado honesto para el estándar de la clase política".


Voto vital

"El poder del elector radica en su voto y sólo depende de él si lo usa bien, o lo usa mal. Donde votamos, influimos":Antanas Mockus.

Con Voto Vital se busca que la gente dimensione la urgencia de asumir su ciudadanía. Si los actores armados dominan y controlan las alcaldías y las gobernaciones, se deteriora la vida local, la descentralización se desprestigia, los recursos se despilfarran y la corrupción y la violencia cunden. Entonces, hay que lograr votar bien.

Conquistas históricas como el sufragio femenino logrado en los años 50, la apertura política generada por la Reforma Constitucional del 91 y los avances de la descentralización han sido importantes. Pero, especialmente dañina ha sido la aceptación casi generalizada del clientelismo como forma de construir solidaridad y lealtad entre los actores políticos.

Los consensos han dejado de ser resultado de la argumentación, por el “toma y dame” burocrático, y a pesar de las denuncias publicadas en los medios de comunicación y la acción de la justicia, las "mañas" políticas no se han logrado eliminar.

Voto Vital busca que la gente reflexione y se tome el tiempo necesario para decidir por quién votará, pues sólo tiene un día para hacerlo; pasadas las elecciones, tiene cuatro años para participar y exigir (planeación participativa, servicio estatal, atención al ciudadano, rendición de cuentas y seguimiento a las principales promesas de los candidatos).

El lema “Piensa tu voto, piensa tu vida” muestra la responsabilidad enorme que tiene el ciudadano cuando escoge a un gobernante.

Qué rechaza Voto Vital
-Presiones armadas
-Fraudes y suplantaciones
-Trasteos de votantes
-Compra y venta del voto
-Clientelismo
-Votos intimidados
-Voto encuestado
-Voto publicitado

…y toda práctica que conlleve corrupción y presión en el proceso electoral.
Voto Vital es una iniciativa de la sociedad civil propuesta en el mes de enero de 2007 por Visionarios por Colombia, bajo el liderazgo de Antanas Mockus. En total, 108 organizaciones respaldaron esta campaña con el objetivo de calificar el voto en Colombia: más racional, más personal, más ejercicio de la libertad.


Cultura de Paz

La Constitución consagra la paz como un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento. Quien se ha formado como ciudadano aporta a la paz cumpliendo sus deberes y reclamando pacíficamente sus derechos; es decir, aporta a la paz ejerciendo como sujeto legal. En muchas personas, tal vez en todas, hay un mandato interno a favor de la paz.

Pero también es posible reconocer y promover una cultura de paz. Hay cultura de paz cuando las actitudes o acciones contrarias a la paz son objeto de repudio social (desde formas muy leves de censura como fruncir el ceño hasta el ostracismo) que muchas veces le hace sentir vergüenza a la persona en cuestión. Hay cultura de paz cuando las actitudes y acciones pro-paz son objeto de reconocimiento social, generan confianza y buena reputación.

Uno no nace ciudadano. Uno se va volviendo ciudadano. La manera de hacerlo es tratar al otro –conocido o no– como ciudadano, corregirlo amablemente, dejarse corregir por él, reconocer sus comportamientos y dejar que él los reconozca en uno. Es parecido a como aprende uno a hablar. El camino es fortalecer las tres regulaciones: la legal, la moral y la cultural.

Aunque hay comportamientos que sólo son de conciencia (ejemplo: colocar limosna en una iglesia vacía), otros que solo son de cultura (ejemplo: respetar las reglas de etiqueta en la mesa), otros que sólo son de ley (ejemplo: presentar un papel que sigue siendo requisito porque la ley no ha sido derogada)– en la mayoría de las acciones humanas de mayor trascendencia intervienen las tres regulaciones y las correspondientes emociones (admiración por la ley, miedo a la multa, a la cárcel y a las otras sanciones legales, temor a la culpa, orgullo o satisfacción causados por reconocimiento social o vergüenza).

Ser ciudadano es aprender a sentir esas emociones y aprender a hacerlas sentir. Cultura ciudadana para la paz es cultura ciudadana aplicada a aquellas obligaciones legales, morales y culturales cuyo cumplimiento más rápida y eficazmente contribuye a que cese la violencia. Implica superar el divorcio entre ley, moral y costumbre (cultura) por ejemplo frente al homicidio (la muerte intencional). “La vida es sagrada” es un ejemplo de invitación a movilizar conscientemente mecanismos positivos y mecanismos de sanción legales, morales y culturales a favor de la protección de la vida.


Respeto total a la vida: El gran desafío de Colombia es dar plena vigencia al artículo 11 de la constitución nacional: “El derecho a la vida es inviolable; no habrá pena de muerte”. Para ello es importante buscar los caminos para reducir significativamente la violencia. La tarea central es volver a crear mecanismos de autorregulación social y cultural que hagan que las personas no amenacen ni destruyan la vida.

Superación del atajismo y coherencia entre fines y medios: Salirse de las reglas para obtener resultados a corto plazo es un atajo, el cual viola las normas morales, las reglas sociales o las leyes para lograr algo. El que lo practica puede conseguir algunos beneficios individuales, pero produce grandes costos sociales al provocar en los demás la tentación de usar el mismo procedimiento.

Coherencia entre la ley, la norma y la costumbre: Para que las reglas sociales se cumplan sin conflictos ni contradicciones es importante que la ley, la norma moral y la costumbre sean coherentes entre sí. Cuando el Estado no ha ganado el respeto de los ciudadanos, es fácil que se generen normas o prácticas que se aceptan socialmente pero son legal y moralmente inaceptables. Para recuperar el respeto a la ley y a las normas, es importante transformar las costumbres y hacer ver las implicaciones morales de ellas.

Mayor equidad por la vía de la educación: La inequidad no es sólo un problema de repartición de bienes y dinero. Uno de los principales factores que generan diferencias sociales se da en las posibilidades que tienen las personas en el acceso al conocimiento y a una formación que contribuya al desarrollo de la autonomía.

Respeto a la Justicia: Los jueces son los guardianes del Estado de Derecho. El respeto y el fortalecimiento a la rama judicial son indispensables para reducir la violencia y la impunidad. Un Estado fuerte y justo, capaz de cumplir y hacer cumplir la ley, hace valer los derechos y deberes y asegura la provisión de bienes y servicios públicos. La protección y el apoyo social a los jueces ayuda a consolidar un Estado que no amenace ni se deja intimidar.

miércoles, 3 de marzo de 2010

¿Por qué voy a votar por el Partido Verde?

Entre tanta sonrisa postiza, valla excesiva y promesa trillada, se me vinieron encima las elecciones de consulta de partido, senado y presidente, y claro está, ya va siendo hora de definir por quien iré a votar. Aunque siempre he tenido claro por quien no lo haría, no tenía tan claro cuales eran mis opciones más posibles. Sin embargo, en estas últimas semanas mi elección ha empezado a ser más clara, y por ello agradezco al partido liberal y conservador, pues realmente me han facilitado las cosas cuando veo no solo la sarta de clichés politiqueros y anacrónicos que aducen sus candidatos, sino también cuando veo, las actitudes poco constructivas de sus aspirantes que paradójicamente hablan de paz con actitudes de guerra incluso entre los mismos aspirantes del mismo partido, lo que me parece ya increíble y salido de cualquier proporción. Además porque, al igual que el Polo democrático, me demuestran que pese a su crítica constante al gobierno actual de haber destruido completamente el concepto de institución para favorecer el concepto de mesías que en nuestro país siempre ha calado tanto, los egos políticos definitivamente, no quedan de lado, y me hacen pensar que el resultado en este aspecto, no sería muy diferente al que ya tenemos: Por un lado, el de un gobierno que se redujo a la figura de una persona, pasando de largo ante la robustez y el respeto que merecen las instituciones que son la garantía de un estado regido por sus leyes y por su constitución por encima de los deseos y las pasiones de sus gobernantes que siempre serán subjetivas, y por otro lado, el de una sociedad que se le olvidó su potencial reflexivo y crítico ante la propuesta pobre de entender las problemáticas sociales y políticas como un juego bipolar, en el que solo existen dos extremos en un ring de boxeo y que automáticamente implica la intolerancia y el rechazo radical ante la forma de pensamiento de aquel que se encuentra en el ring opuesto. Sin importar, si es la izquierda o es la derecha, cada una de ellas ya tiene su banca de tres patas en su lado respectivo del ring, y la verdad ya me cansé de tanto round mediático y manipulador, carente de un carácter realmente constructivo que mire más hacia adelante y menos hacia atrás, y que busque menos argumentos para defender las mismas posiciones polarizadas que siguen argumentando una única forma de entender el papel del individuo en nuestra sociedad y sus responsabilidades con ella (si es que realmente le entrega algunas). Es gracioso, ver como de un lado o del otro, se critican mutuamente, pero haciendo uso exactamente de las mismas prácticas que le critican a su artificialmente creado, polo opuesto. Me parece, que esta situación, nos convierte en una sociedad no muy diferente a un hámster que gira y gira interminablemente dentro de la misma rueda, sin poder hacer transformaciones realmente productivas en su forma de vida. ¿Por qué habríamos de vivir distinto, si pensamos de la misma manera?. ¿Por qué no deberíamos tener grupos violentos si la propia ira nos haría jalar del gatillo?, o ¿por qué deberíamos ser un país mas pujante si la gran mayoría, en mayor o menor grado, somos tramposos y cómplices de actos de corrupción mínimos, cuando realmente desde el punto de vista del hecho como tal, no hay diferencia entre una adjudicación comprada de contratos y el soborno al policía para que no nos quiten la licencia de conducir?, o ¿Por qué debería un partido político de la izquierda o la derecha rasgarse las vestiduras cuando se descubren actos de corrupción o clientelismo del otro, cuando hasta el cansancio se han demostrado dichos actos de parte y parte?.

Esta no es una reflexión con anhelos y delirios de grandes cambios en las masas y en las instituciones, sino por el contrario, con el modesto, pero suficiente para mí, carácter transformador de mi propio pensamiento. Creo que es por ahí que deberíamos empezar para realmente cambiar el país. La verdad no creo, en mesías políticos, ni en propuestas carentes de pluralidad y respeto por la heterogeneidad y la diferencia. Tampoco creo en propuestas de soluciones que se encuentran repletas de argumentos vacíos de compromisos ciudadanos, prometiendo que todo será arreglado desde el Estado, y con completa nulidad de planteamientos que inviten y orienten la transformación cultural de aquello que nos hace tan “colombianos” y a la vez tan nocivo para la creación de una sociedad tolerante, en paz y justa. Desafortunadamente lo característico del colombiano no es solo la papaya madura y el loro verde que acompañan los comerciales precarios de “Colombia es Pasión”; nos caracterizan también otras cosas que valdría la pena cambiar. Creo que para la solución de aquellos problemas innegables de violencia, inseguridad, pobreza, entre muchos otros, que nuestros candidatos tradicionales usan como corbata de vestido de oficina, habría también que trabajar en aquellos problemas culturales y habituales de los que ya no hablamos, porque creemos que el problema es del otro.

No obstante, todo lo anterior, estoy convencido, del surgimiento de una nueva forma de mirar de muchas personas, muchas de ellas de nuevas generaciones y también muchas de ellas de generaciones no tan nuevas, pero igualmente personas que se han permitido pensar de formas distintas a las que nos dijeron nuestros abuelos, eso sí, con la mejor intención; (espero no herir susceptibilidades de las facciones mas conservadoras). Creo también que estas nuevas formas de mirar, están dejando de creer en las posiciones dualistas y radicales, son más incluyentes que excluyente de pensamiento y están convencidas del poder del acto creativo y la implicación personal, para apoyar causas que consideran justas y necesarias.

A esta nueva forma de pensar, me parece que responden propuestas como las del Partido Verde, o al menos, esa es la sensación y la esperanza que me genera, y voy a explicar por qué a mi juicio, lo hace.

Por el balance de capacidades de quien lo conforma. Cuando pienso en la posibilidad de un partido político compuesto por la diferencia y la sinergia y el complemento, de dicha diferencia, me lleno de entusiasmo. Dicha diferencia y sinergia productiva la veo en dos planos: Por un lado, en el plano de lo disciplinar, pues combina la mirada pedagógica y la mirada gerencial. Por otro lado, en el plano ideológico, pues intenta acoplar con respeto la posición de la derecha y la posición de la izquierda e intentan sacar lo mejor de cada una. En lugar del desgaste por el ataque y el descrédito de la ideología contraria, intentan construir desde la diferencia.

Porque no solo se trata de capacidades, sino de experiencia demostrada en gestión administrativa, transformaciones culturales, inversión en infraestructura útil para la gente e inversión social también para la gente. Nadie puede desconocer los profundos cambios logrados en una ciudad como Bogotá, en ambos sentidos. (Esperemos que quede algo después de un gobierno como el del actual alcalde). Claro, (y este contraargumento me lo se de memoria), muchos dicen, que no se puede comparar a Bogotá con Colombia. En mi opinión, una ciudad como Bogotá es un modelo a escala muy claro de un país como el nuestro, en muchos sentidos. Estos tres gobiernos, fueron consecuentes y constructivos con su predecesor, construyeron sobre lo construido y mantuvieron un balance entre la infraestructura y la inversión social en alimentación y educación. Lograron construir y mantener el cambio, de pasar de ser una ciudad de nadie, a ser al menos una ciudad en la que la mayoría ya siente algo de suyo. Pasó de ser una ciudad odiada por los de afuera y los de adentro, para ser una ciudad apreciada por sus posibilidades de negocios y sus posibilidades de cultura. Es claro que no es la sublimación de la perfección, pero también es claro que es la materialización de cambios importantes, producto de un hacer y un pensar distinto, que caracterizó a estos tres gobernantes y administradores.

Porqué como ya lo dije, me “mamé” de los discursos polarizados y destructivos sobre el otro. Porqué este partido me ofrece un discurso y un planteamiento distinto.

Porque si queremos un país diferente, necesitamos antes que nada, transformación cultural y pedagogía que nos posibilite cambios reales y sostenibles desde la sociedad misma. Por que los cambios empiezan por nosotros mismos y porque desde adentro tenemos que dejar de ser cómplices, intolerantes, violentos, tramposos, facilistas e individualistas en aquello que vaya más allá de nuestros propios intereses personales, para dar paso, al respeto y la participación por el otro.

Porque me convence el respeto entre las partes que lo conforman y porque creo en la importancia de ver en el otro, antes que un adversario, un compañero de equipo que tiene que aportar desde su propia experiencia y mirada.

Porque me encanta imaginar un país gobernado por más intelectuales que por políticos baratos.

Porque su posición de pedagogía y gestión refleja un mayor interés por las obras que por el circo mediático.

Porque abiertamente propone la inclusión en su agenda política y su compromiso, por el tema del medio ambiente y su defensa y cuidado

Porque propone que la solución de los problemas parte no solo de las políticas y decisiones del estado, sino de la implicación y papel activo de la sociedad misma.

Porque no están intentando convencerme de votar bajo la dinámica de un “mesías” criticando a otro “mesías”. Por que no proponen desde la destrucción de lo que hizo el actual gobierno, sino que por el contrario, ha venido proponiendo desde tiempo atrás la construcción sobre lo construido. Que curioso que antes de la declaración como inexequible del referendo reeleccionista, por parte de la Corte Constitucional, los discursos de los candidatos del partido liberal y polo democrático, estaban plagados de descréditos y críticas rígidas y sin matices al gobierno actual; no obstante, como por arte de magia, una vez desaparecido el angustioso para ellos, fantasma de la reelección, los resultados y los aciertos del gobierno empiezan a germinar en sus declaraciones, como intentando regalar una flor con aroma de ruego por el voto ante una sociedad marcadamente uribista. Tampoco estoy de acuerdo con la posición acomodada de algunos candidatos del partido conservador y de la U, que usan el gobierno de Uribe como la ubre hinchada de una vaca, para hacer proselitismo, asumiendo que todo es perfecto y queriendo mantener ese ánimo “furibista” de muchos colombianos. También considero, bajo la misma posición constructiva y no polarizada que he venido defendiendo, que hay que dar a Cesar lo que es del Cesar y reconocer a este gobierno los logros alcanzados. En torno a esto, las declaraciones y posiciones de los integrantes del Partido Verde, y también de Sergio Fajardo, fueron los únicos, que realmente desde un principio mantuvieron una postura justa y limpia con el gobierno actual, reconociendo los desaciertos como aspectos por ajustar y los aciertos como aspectos por mantener y fortalecer. Me parece que estos fueron los únicos que realmente asumieron una posición seria frente al tema, y no la asumida por el resto de partidos, parecida a la de los niños que exhiben una bicicleta nueva con arrogancia o la de los otros que la miran con envidia.

Porque no se ha aprovechado de las dependencias entre la política y los medios de comunicación, para ser cómplices del cierre de medios de expresión (aduciendo únicamente razones económicos del medio), que puedan atentar contra la credibilidad oficialista del gobierno actual y que puedan afectar la herencia de la popularidad hacia su candidato, que continuaría con el oficialismo actual, asumiendo una actitud solapada de “tiro la piedra y escondo la mano”, haciendo creer a la opinión pública de no haber relación alguna entre los intereses políticos del candidato y los nexos del mismo con el medio.

Porque están convencidos de la importancia de continuar con firmeza la lucha contra el terrorismo y los actos de barbarie de los grupos ilegales, sea cual sea, pero también, de que las armas no son la única “herramienta” por usar y que este único frente de batalla es insuficiente para acabar con el problema de raíz. Por que entienden que de nada sirve acabar con los grupos armados, sino se transforman las realidades sociales, económicas y culturales actuales, sobre las cuales dichos grupos se justifican. Por que esta mirada mas amplia e inteligente del problema me hace entender que, este tema no puede ser el único que justifique un voto, como lo presentan varios candidatos del partido conservador, y obviamente el partido de la U; es gracioso ver, como ambos lados, hablan como si los demás candidatos, estuvieran pensando acabar con la fuerzas armadas del estado al otro día de la posesión presidencial. Sería bueno que dichos candidatos, no creyeran, al menos, que todos los colombianos somos así de inocentes y primarios. Es claro, que la paz, no se ruega, y que debe generarse en ambas partes, la necesidad de lograrla, pero también es claro, que trabajar solo en el frente armado, es demasiado simplista e inútil. Creo que en muchos casos históricos y actuales ha sido demostrado en el mundo.

Porque tiene claro que acabar con los grupos armados, es solo la punta del iceberg, que ese no es el único problema por atacar, porque de hacerlo así, sería como quitar el tumor, pero no darnos cuenta que hay metástasis.

Tengo que confesar, que también estuve tentado a votar por Sergio Fajardo, pues escuchando su discurso y sus posiciones, me parece que están muy acordes con las del Partido Verde. Me parece que también proponen una mirada distinta, constructiva, respetuosa, pedagógica y firme. Sin embargo, me desilusiona ver, que ante la posibilidad de aglutinar un mayor volumen de votantes que haga un real contrapeso a los otros partidos, aduzca, la “necesidad primaria” de no defraudar a sus seguidores y por tanto de no someterse a alianzas ni consultas de partido. Pensaría yo, que los seguidores antes que seguir a una persona, siguen una propuesta, una forma, un ideal, o ¿es que en la práctica, Fajardo aplica esa mirada arrogante, egocéntrica, mesiánica y desconocedora del potencial del grupo ante la de la glorificación de la persona, que tanto ha atacado del gobierno actual?. Por esa falta de coherencia demostrada frente a los medios para lograr una posibilidad real de aplicar una forma distinta de hacer política y de gobernar, deseche esa opción.

Finalmente, por que creo que si es posible hacer cambios y transformaciones importantes en las formas de gobernar y de asumirse ciudadano, construyendo productivamente, desde la diferencia (de hecho sociedades como Chile y Brasil parecen demostrarlo), es que voy a votar por el Partido Verde. Soy consciente de que que el logro de un objetivo, depende de iniciar la construcción de su ejecución. Por lo tanto, la mejor manera de lograrlo, es empezar por mi , por mi transformación de pensamiento y mi transformación de acción atráves de mi voto. Si no creyera en la importancia y el poder de hacer un voto a conciencia y autónomo como este, basado en la propia convicción, más que en la de la masa, realmente no se podría transformar nada, y sería como si no creyera en nada de lo que he dicho hasta aquí.

Gracias por su lectura.

¿Buena “Noche” y buena suerte Colombia?, la importancia de la responsabilidad de los medios y no de sus posturas políticas y económicas

Como siempre hasta ahora pero con más fuerza esta vez, no pude evitar a medida que revisaba los textos, articular muchos de sus planteamientos con la realidad en nuestro país y las relaciones que uno como público, (en ocasiones crítico y en ocasiones no tanto), ve con las conformaciones, relaciones e interdependencias de los medios masivos de comunicación con las distintas esferas de poder.
Me referiré al entendimiento de un sistema social en el que presentan una serie de actores interrelacionados por el efecto de la comunicación; el caso de nuestras sociedades modernas, son estos actores, entidades u organizaciones que institucionalizan los procedimientos de la comunicación del individuo. Se presenta el concepto de medios de comunicación de masas y al mismo tiempo el de líderes de opinión, siendo estos segundos una especie de replicadores y/o transformadores de la información influyendo directamente en las redes de comunicación directa. Entendido estos conceptos, me parece importante la idea de entender la diferencia entre un sistema tradicional (en el que el flujo de información es fragmentado, depende de los relatos de historia y de configuraciones de jerarquías sociales), un sistema de transición (en el que el flujo de información parte de los centros de medios de masas hacia líderes de opinión no profesionalizados y con poca comunicación entre ellos, generando fragmentación y cierto atraso en el flujo de comunicación) y un sistema moderno en el que la información fluye de forma interdependiente entre los medios de comunicaciones de masa, los líderes de opinión y los individuos. En este punto me pregunto, si las redes sociales, en el plano de lo político y del activismo individual y colectivo (piénsese en las marchas contra las Farc y el Paramilitarismo), en el que quiero analizarlas en este texto, podrán ser consideradas como parte de este sistema, y por tanto que tanto fortalecen la idea de modernidad y de interdependencia.

Más allá de si el nuestro es un sistema moderno, me llamó mucho la atención la idea de “tensión social” que mantiene las interacciones entre las entidades e instituciones y que de alguna forma define el contenido de las comunicaciones que determinan un valor social común. Entender que la “tensión social” se define desde las redes de comunicación, los medios, los mensajes y los responsables de la circulación, y que esto a su vez define la homogeneidad de una cultura, me lleva a pensar en hechos como los de las marchas convocadas por facebook y en programas como “La Noche” del canal RCN. Cuando entiendo lo problemático del concepto de “tensión social”, al mismo tiempo se me vuelve problemática la credibilidad de estos medios de comunicación, el primero desde la autonomía y la independencia que supone una red social y el segundo desde la dependencia económica de los patrocinadores y dependencia política del estado, que supone un medio de comunicación privado. Mis preguntas hasta aquí entonces, son, por un lado que tan independiente pueden llegar a ser los medios y no solo hablo de los privados e institucionales, y si pueden realmente llegar a serlo, que les garantizaría tal independencia?.
Obviamente esta mirada es más relevante aún, cuando se contextualiza dentro de la política de seguridad democrática del gobierno actual, su necesidad y logro constante de aceptación a ultranza no reflexiva de las masas y por tanto de su necesario esfuerzo y potente despliegue mediático expresado por ejemplo en su forma más básica: la de los consejos comunales. Ver todo este escenario de actores interdependientes, me da una idea muy clara en la práctica de lo que puede significar la “tensión social”.

Aparece entonces la pregunta, más que crítica, reflexiva, sobre si de alguna forma este sistema abierto, se presta para generar versiones improvisadas, cotidianas, sutiles y democratizadas (pues ahora puede hacerlo cualquiera desde una red social) de caserías de brujas como la que en los 50, se generaron en Estados Unidos desde las comisiones del senado que vigilaban comportamientos “antiamericanos” y que se ve claramente en el film que revisamos para esta sesión. Ahora, no los llamamos “comunistas”, sino “idiotas útiles” desde los discursos informales o “colaboradores” desde los discursos más formales e investigativos.

Si bien hasta acá he tocado el ángulo que apoyaría un discurso a través de los medios, intentando sostener cierta homogeneidad de pensamiento y opinión pública y social, vale la pena también comentar el ángulo que por el contrario hace denuncia constante. En este tema, si que veo más diálogos con el film revisado, pues me hace pensar en posiciones de medios como las de Canal Uno, y sus centros de noticias como Noticiero CM& y periodistas como Daniel Coronel. Creo que vale la pena detenerse y pensar en qué grado su labor periodística es estigmatizada de un lado o del otro, y en qué grado realmente logra exponer “las tácticas” mediante las cuales se mantiene dicha “tensión social” o se queda nuevamente en intenciones politizadas desde otro lado.

Creo que este problema es el que me pareció más interesante del film, dado que expone la intensión de este grupo de periodistas por buscar la verdad y exponer los métodos, las injusticias y las atrocidades políticas de un sistema, más allá de tomar una postura política. Me parece importante no perder ese enfoque de la mirada, pues en un gobierno como el nuestro, en el cual “el fin justifica los medios”, vale la pena exponer e intentar hacer reflexionar a las masas atraídas por imaginarios mesiánicos, de la naturaleza y efectos de esos “medios”. La pregunta aquí es, si ese realmente es el logro de los medios de oposición en nuestro país. A veces siento que simplemente juegan el mismo juego con diferentes fichas.
Si hay algo que he detestado del aire político que nos inunda desde hace 8 años y que se respira tanto en los programas de opinión como en las reuniones de tinto que materializan nuestra cotidianidad, es esa configuración continua de polos opuestos intentando cazar “brujas” ante posturas contrarias. Lo más curioso es que siempre se está expuesto a que de un lado o del otro se terminen recibiendo encasillamientos que además son producidos desde los mismos medios de comunicación. Por un lado me parece que se ve nuevamente en esto, expresado en la práctica, muchos de los planteamientos de los textos revisados. Por otro lado, me parece que una mirada crítica y responsable de la función de los medios en una sociedad como la nuestra, no debería perder de vista que si bien no puede dejar de ser política por la misma interdependencia, al menos, esta no debería ser politizada.
Por último quisiera rescatar unas frases del film que me parece que resumen lo expresado aquí y que además cuadran de forma perfecta en la dos miradas que he querido desarrollar.

“..Él no creo la situación de miedo, solo la explotó y con éxito…”. “… acusación no es prueba. La condena depende de la evidencia y del proceso legal”. “No se trata de asumir una posición, sino de esclarecer el medio y la forma de hacerlo justo”.
“… la gente quiere entretenimiento, no lecciones cívicas…”. “Intento mantener socios que patrocinan el entretenimiento”… “intento mantener las licencias con los políticos que tu atacas”.