miércoles, 3 de marzo de 2010
¿Buena “Noche” y buena suerte Colombia?, la importancia de la responsabilidad de los medios y no de sus posturas políticas y económicas
Como siempre hasta ahora pero con más fuerza esta vez, no pude evitar a medida que revisaba los textos, articular muchos de sus planteamientos con la realidad en nuestro país y las relaciones que uno como público, (en ocasiones crítico y en ocasiones no tanto), ve con las conformaciones, relaciones e interdependencias de los medios masivos de comunicación con las distintas esferas de poder.
Me referiré al entendimiento de un sistema social en el que presentan una serie de actores interrelacionados por el efecto de la comunicación; el caso de nuestras sociedades modernas, son estos actores, entidades u organizaciones que institucionalizan los procedimientos de la comunicación del individuo. Se presenta el concepto de medios de comunicación de masas y al mismo tiempo el de líderes de opinión, siendo estos segundos una especie de replicadores y/o transformadores de la información influyendo directamente en las redes de comunicación directa. Entendido estos conceptos, me parece importante la idea de entender la diferencia entre un sistema tradicional (en el que el flujo de información es fragmentado, depende de los relatos de historia y de configuraciones de jerarquías sociales), un sistema de transición (en el que el flujo de información parte de los centros de medios de masas hacia líderes de opinión no profesionalizados y con poca comunicación entre ellos, generando fragmentación y cierto atraso en el flujo de comunicación) y un sistema moderno en el que la información fluye de forma interdependiente entre los medios de comunicaciones de masa, los líderes de opinión y los individuos. En este punto me pregunto, si las redes sociales, en el plano de lo político y del activismo individual y colectivo (piénsese en las marchas contra las Farc y el Paramilitarismo), en el que quiero analizarlas en este texto, podrán ser consideradas como parte de este sistema, y por tanto que tanto fortalecen la idea de modernidad y de interdependencia.
Más allá de si el nuestro es un sistema moderno, me llamó mucho la atención la idea de “tensión social” que mantiene las interacciones entre las entidades e instituciones y que de alguna forma define el contenido de las comunicaciones que determinan un valor social común. Entender que la “tensión social” se define desde las redes de comunicación, los medios, los mensajes y los responsables de la circulación, y que esto a su vez define la homogeneidad de una cultura, me lleva a pensar en hechos como los de las marchas convocadas por facebook y en programas como “La Noche” del canal RCN. Cuando entiendo lo problemático del concepto de “tensión social”, al mismo tiempo se me vuelve problemática la credibilidad de estos medios de comunicación, el primero desde la autonomía y la independencia que supone una red social y el segundo desde la dependencia económica de los patrocinadores y dependencia política del estado, que supone un medio de comunicación privado. Mis preguntas hasta aquí entonces, son, por un lado que tan independiente pueden llegar a ser los medios y no solo hablo de los privados e institucionales, y si pueden realmente llegar a serlo, que les garantizaría tal independencia?.
Obviamente esta mirada es más relevante aún, cuando se contextualiza dentro de la política de seguridad democrática del gobierno actual, su necesidad y logro constante de aceptación a ultranza no reflexiva de las masas y por tanto de su necesario esfuerzo y potente despliegue mediático expresado por ejemplo en su forma más básica: la de los consejos comunales. Ver todo este escenario de actores interdependientes, me da una idea muy clara en la práctica de lo que puede significar la “tensión social”.
Aparece entonces la pregunta, más que crítica, reflexiva, sobre si de alguna forma este sistema abierto, se presta para generar versiones improvisadas, cotidianas, sutiles y democratizadas (pues ahora puede hacerlo cualquiera desde una red social) de caserías de brujas como la que en los 50, se generaron en Estados Unidos desde las comisiones del senado que vigilaban comportamientos “antiamericanos” y que se ve claramente en el film que revisamos para esta sesión. Ahora, no los llamamos “comunistas”, sino “idiotas útiles” desde los discursos informales o “colaboradores” desde los discursos más formales e investigativos.
Si bien hasta acá he tocado el ángulo que apoyaría un discurso a través de los medios, intentando sostener cierta homogeneidad de pensamiento y opinión pública y social, vale la pena también comentar el ángulo que por el contrario hace denuncia constante. En este tema, si que veo más diálogos con el film revisado, pues me hace pensar en posiciones de medios como las de Canal Uno, y sus centros de noticias como Noticiero CM& y periodistas como Daniel Coronel. Creo que vale la pena detenerse y pensar en qué grado su labor periodística es estigmatizada de un lado o del otro, y en qué grado realmente logra exponer “las tácticas” mediante las cuales se mantiene dicha “tensión social” o se queda nuevamente en intenciones politizadas desde otro lado.
Creo que este problema es el que me pareció más interesante del film, dado que expone la intensión de este grupo de periodistas por buscar la verdad y exponer los métodos, las injusticias y las atrocidades políticas de un sistema, más allá de tomar una postura política. Me parece importante no perder ese enfoque de la mirada, pues en un gobierno como el nuestro, en el cual “el fin justifica los medios”, vale la pena exponer e intentar hacer reflexionar a las masas atraídas por imaginarios mesiánicos, de la naturaleza y efectos de esos “medios”. La pregunta aquí es, si ese realmente es el logro de los medios de oposición en nuestro país. A veces siento que simplemente juegan el mismo juego con diferentes fichas.
Si hay algo que he detestado del aire político que nos inunda desde hace 8 años y que se respira tanto en los programas de opinión como en las reuniones de tinto que materializan nuestra cotidianidad, es esa configuración continua de polos opuestos intentando cazar “brujas” ante posturas contrarias. Lo más curioso es que siempre se está expuesto a que de un lado o del otro se terminen recibiendo encasillamientos que además son producidos desde los mismos medios de comunicación. Por un lado me parece que se ve nuevamente en esto, expresado en la práctica, muchos de los planteamientos de los textos revisados. Por otro lado, me parece que una mirada crítica y responsable de la función de los medios en una sociedad como la nuestra, no debería perder de vista que si bien no puede dejar de ser política por la misma interdependencia, al menos, esta no debería ser politizada.
Por último quisiera rescatar unas frases del film que me parece que resumen lo expresado aquí y que además cuadran de forma perfecta en la dos miradas que he querido desarrollar.
“..Él no creo la situación de miedo, solo la explotó y con éxito…”. “… acusación no es prueba. La condena depende de la evidencia y del proceso legal”. “No se trata de asumir una posición, sino de esclarecer el medio y la forma de hacerlo justo”.
“… la gente quiere entretenimiento, no lecciones cívicas…”. “Intento mantener socios que patrocinan el entretenimiento”… “intento mantener las licencias con los políticos que tu atacas”.
Me referiré al entendimiento de un sistema social en el que presentan una serie de actores interrelacionados por el efecto de la comunicación; el caso de nuestras sociedades modernas, son estos actores, entidades u organizaciones que institucionalizan los procedimientos de la comunicación del individuo. Se presenta el concepto de medios de comunicación de masas y al mismo tiempo el de líderes de opinión, siendo estos segundos una especie de replicadores y/o transformadores de la información influyendo directamente en las redes de comunicación directa. Entendido estos conceptos, me parece importante la idea de entender la diferencia entre un sistema tradicional (en el que el flujo de información es fragmentado, depende de los relatos de historia y de configuraciones de jerarquías sociales), un sistema de transición (en el que el flujo de información parte de los centros de medios de masas hacia líderes de opinión no profesionalizados y con poca comunicación entre ellos, generando fragmentación y cierto atraso en el flujo de comunicación) y un sistema moderno en el que la información fluye de forma interdependiente entre los medios de comunicaciones de masa, los líderes de opinión y los individuos. En este punto me pregunto, si las redes sociales, en el plano de lo político y del activismo individual y colectivo (piénsese en las marchas contra las Farc y el Paramilitarismo), en el que quiero analizarlas en este texto, podrán ser consideradas como parte de este sistema, y por tanto que tanto fortalecen la idea de modernidad y de interdependencia.
Más allá de si el nuestro es un sistema moderno, me llamó mucho la atención la idea de “tensión social” que mantiene las interacciones entre las entidades e instituciones y que de alguna forma define el contenido de las comunicaciones que determinan un valor social común. Entender que la “tensión social” se define desde las redes de comunicación, los medios, los mensajes y los responsables de la circulación, y que esto a su vez define la homogeneidad de una cultura, me lleva a pensar en hechos como los de las marchas convocadas por facebook y en programas como “La Noche” del canal RCN. Cuando entiendo lo problemático del concepto de “tensión social”, al mismo tiempo se me vuelve problemática la credibilidad de estos medios de comunicación, el primero desde la autonomía y la independencia que supone una red social y el segundo desde la dependencia económica de los patrocinadores y dependencia política del estado, que supone un medio de comunicación privado. Mis preguntas hasta aquí entonces, son, por un lado que tan independiente pueden llegar a ser los medios y no solo hablo de los privados e institucionales, y si pueden realmente llegar a serlo, que les garantizaría tal independencia?.
Obviamente esta mirada es más relevante aún, cuando se contextualiza dentro de la política de seguridad democrática del gobierno actual, su necesidad y logro constante de aceptación a ultranza no reflexiva de las masas y por tanto de su necesario esfuerzo y potente despliegue mediático expresado por ejemplo en su forma más básica: la de los consejos comunales. Ver todo este escenario de actores interdependientes, me da una idea muy clara en la práctica de lo que puede significar la “tensión social”.
Aparece entonces la pregunta, más que crítica, reflexiva, sobre si de alguna forma este sistema abierto, se presta para generar versiones improvisadas, cotidianas, sutiles y democratizadas (pues ahora puede hacerlo cualquiera desde una red social) de caserías de brujas como la que en los 50, se generaron en Estados Unidos desde las comisiones del senado que vigilaban comportamientos “antiamericanos” y que se ve claramente en el film que revisamos para esta sesión. Ahora, no los llamamos “comunistas”, sino “idiotas útiles” desde los discursos informales o “colaboradores” desde los discursos más formales e investigativos.
Si bien hasta acá he tocado el ángulo que apoyaría un discurso a través de los medios, intentando sostener cierta homogeneidad de pensamiento y opinión pública y social, vale la pena también comentar el ángulo que por el contrario hace denuncia constante. En este tema, si que veo más diálogos con el film revisado, pues me hace pensar en posiciones de medios como las de Canal Uno, y sus centros de noticias como Noticiero CM& y periodistas como Daniel Coronel. Creo que vale la pena detenerse y pensar en qué grado su labor periodística es estigmatizada de un lado o del otro, y en qué grado realmente logra exponer “las tácticas” mediante las cuales se mantiene dicha “tensión social” o se queda nuevamente en intenciones politizadas desde otro lado.
Creo que este problema es el que me pareció más interesante del film, dado que expone la intensión de este grupo de periodistas por buscar la verdad y exponer los métodos, las injusticias y las atrocidades políticas de un sistema, más allá de tomar una postura política. Me parece importante no perder ese enfoque de la mirada, pues en un gobierno como el nuestro, en el cual “el fin justifica los medios”, vale la pena exponer e intentar hacer reflexionar a las masas atraídas por imaginarios mesiánicos, de la naturaleza y efectos de esos “medios”. La pregunta aquí es, si ese realmente es el logro de los medios de oposición en nuestro país. A veces siento que simplemente juegan el mismo juego con diferentes fichas.
Si hay algo que he detestado del aire político que nos inunda desde hace 8 años y que se respira tanto en los programas de opinión como en las reuniones de tinto que materializan nuestra cotidianidad, es esa configuración continua de polos opuestos intentando cazar “brujas” ante posturas contrarias. Lo más curioso es que siempre se está expuesto a que de un lado o del otro se terminen recibiendo encasillamientos que además son producidos desde los mismos medios de comunicación. Por un lado me parece que se ve nuevamente en esto, expresado en la práctica, muchos de los planteamientos de los textos revisados. Por otro lado, me parece que una mirada crítica y responsable de la función de los medios en una sociedad como la nuestra, no debería perder de vista que si bien no puede dejar de ser política por la misma interdependencia, al menos, esta no debería ser politizada.
Por último quisiera rescatar unas frases del film que me parece que resumen lo expresado aquí y que además cuadran de forma perfecta en la dos miradas que he querido desarrollar.
“..Él no creo la situación de miedo, solo la explotó y con éxito…”. “… acusación no es prueba. La condena depende de la evidencia y del proceso legal”. “No se trata de asumir una posición, sino de esclarecer el medio y la forma de hacerlo justo”.
“… la gente quiere entretenimiento, no lecciones cívicas…”. “Intento mantener socios que patrocinan el entretenimiento”… “intento mantener las licencias con los políticos que tu atacas”.
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