domingo, 2 de agosto de 2009

(Parte 5) - Una conclusión

Hasta aquí, he sido crítico de prácticas sobre las cuales, me parece se está construyendo un discurso del individualismo, que antes de ser “liberador” y provechoso para la solución de problemas sociales y humanos en el sistema en el que vivimos, por el contrario, permite la réplica y aumento de esos efectos desenfrenados del consumo desmedido no consciente. También he querido mostrar como las posibilidades por romper con la dinámica alienante del consumo, se coapta desde el sistema mismo. No obstante, deseo anotar que no puedo generalizar, es decir, sí creo que es posible construir nociones diferentes, más humanas y menos consumistas de nuestra relación con el mundo y con el entorno. Por lo tanto quiero ahora, también basándome en los argumentos de singularidad y de resistencia molecular de Guattari, explorar las reales posibilidades de proponer agenciamientos que permitan formas creativas y no alienantes de vivir.
Según Guattari, la verdadera singularización ocurre cuando el individuo dentro de su propia vivencia de la subjetividad que circula en el grupo social al cual él pertenece, decide no tomar una posición de alienado y oprimido al someterse a la subjetividad tal cual la recibe, sino por el contrario, mediante la expresión y la creatividad, reapropiarse de los componentes de esa subjetividad. Para Guattari, los procesos de singularización portan “vectores de deseo” que pueden encontrarse con procesos de individuación que se basan en normalizaciones. Por lo tanto, todo vector de subjetividad singular tiende a ser coaptado. De acuerdo a esto, me pregunto si siempre, los deseos más íntimos del individuo son inmediatamente coaptados por las máquinas de producción de subjetividad. Pienso entonces si el vacío que la producción de subjetividad no logra llenar en el individuo, es una posibilidad potencial de resistencia, que correspondería a la búsqueda de respuestas sobre por qué desea algo en específico, para que lo desea, y que implicaciones tiene en otros la materialización de ese deseo. Es posible que a partir de respuestas o al menos de búsquedas de las mismas, se puedan construir procesos de singularización como lo plantea Guattari?
Frente a la avanzada brutal de la producción de deseo que viene de afuera, esta tarea no es fácil, de hecho como lo he venido mostrando en el uso y reproducción de mercancías de individualismo, es precisamente esta tarea la que la producción de subjetividad pretende evitar, pero por tanto, es posible que sea ese el punto de fuga. Creo que el entendimiento por parte del individuo de esta dinámica de producción de su “propio deseo” y de choque con “el deseo producido” desde afuera (subjetivación), es lo que puede configurar realmente una posibilidad de resistencia. Esto sí lo considero realmente una mirada al “si mismo”. Esto es lo que entiendo como la búsqueda de singularización como base para la resistencia real desde el individuo. Entiendo entonces, que “El procesamiento” o “mirada crítica” o “reflexión” u “observación” o como queramos llamarla, que haga el individuo de su propio proceso de deseo, no es ni cómoda ni productiva para el sistema de producción de subjetividad. Creo entonces en que la resistencia se encuentra no en la represión del deseo, sino en no permitir que sea normalizado.
Como lo menciona Guattari, lo que le interesa a la subjetividad capitalista no es el proceso de singularización sino la circunscripción que se haga posteriormente de esa singularización, en modos identificables de la propia subjetividad dominante. Es precisamente eso en lo que se convierten el tipo de prácticas y discursos que he expuesto durante este trabajo, prácticas que comienzan a dar “status” de evolución humana y espiritualidad y que por tanto generan una identidad presa de las ofertas de consumo.
No es el deseo o necesidad misma de un trabajo interior del individuo, lo que me ha interesado criticar aquí. Ahora más que nunca que he explorado los argumentos de Guattari, lo creo necesario, entendiéndolo como una posibilidad para la singularización. Lo que he deseado analizar y criticar aquí, es la caricaturización y el engaño que bajo la excusa de solucionar los problemas y las angustias del ser humano, por el contrario las profundiza. A diferencia de muchos otros argumentos del mercadeo cristalizados en slogans, etiquetas, ofertas e “iconos” que he podido aceptar, e incluso como persona de mercadeo, he podido contribuir a afianzar, este, para mi, ya ha sido demasiado.

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